Desde la prehistoria, las evidencias materiales vinculadas a las prácticas o doctrinas religiosas eran los elementos que vehiculaban las relaciones entre los seres humanos y los seres superiores o divinidades. Con el mundo clásico, los actos asociados a la religión pública, que exigían también el compromiso de los ciudadanos en la participación de ceremonias de carácter cívico, se llevaban a cabo en espacios públicos destinados a tal fin, como santuarios o templos que, a su vez, eran también un elemento definidor de la identidad colectiva. Tenemos constancia de otras prácticas pertenecientes al ámbito más personal y familiar, asociadas a unos valores morales y éticos a través de los que se pretendía obtener un bienestar individual. Ambas vertientes, tanto la pública como la privada, iban ligadas a conceptos y anhelos más profundos de plenitud y superación, relacionados con el arte y la expresión artística.
Expresiones artísticas
El proceso creativo responde a la necesidad humana de expresar una emoción o idea, a partir de la capacidad de abstracción de esta y su representación formal o material. A través de diferentes expresiones artísticas (pintura, escultura, cerámica, etc.), los humanos han dejado testimonio de rasgos propios de las diversas culturas que han modelado.
Creencias
Mitología, religión y superstición: búsqueda de explicaciones a los grandes misterios de la vida y de la muerte; expresión pública y privada de las creencias; propiciación de la buena suerte para afrontar los miedos más íntimos y personales.