Cerámica
4.300-3.900 aC
La Bassa de Fonteta (Forellac - Baix Empordà)
El 1 de julio del año 1981 el Sr. Albert Garcia, de Celrà, avisó el Servicio de Investigaciones Arqueológicas de la Diputación de Girona que se apreciaban un vaso cerámico de aspecto prehistórico y algunos huesos humanos en un margen de una balsa de extracción de arcilla muy cercana del pueblo de Fonteta (Forallac). Enriqueta Pons, arqueóloga del Servicio mencionado, nos hizo una llamada, a Julia Chinchilla y a mí mismo, para que fuéramos a ver de qué se trataba.
Llegados al lugar, observamos que, efectivamente, al margen de la balsa se veía un vaso seccionado por la mitad al fondo de una posible tumba, que aprovechaba una grieta natural de la roca caliza local. Iniciamos enseguida la excavación, que duró tres días; empezamos desde arriba para no malmeter lo que quedaba de la sepultura, medio desprendida dentro de la balsa. Pensamos que seguramente era un entierro atípico dentro de la tradición de tumbas individuales en fosa del neolítico medio en Catalunya.
Al fondo de la tumba sólo se conservaban algunos huesos de las piernas y dos dientes de un único individuo, del que no se pudo saber ni el género, ni la estatura ni en qué posición había sido inhumado. La cazuela descansaba sobre una loseta plana al fondo de todo y estaba entre las piernas del esqueleto. En su parte inferior había una mano de mortero de gres y una mano de molino de caliza.
Posteriormente se cribó todo el contenido de la tumba y las tierras desprendidas del fondo de la balsa con muy buenos resultados, que se completaron con el que Albert García guardaba en su casa. En total, recogimos un ajuar funerario compuesto por un punzón de sección redonda y un trozo de espátula de hueso de sección rectangular; una mano de mortero y otra de molino; una cazuela con el labio reentrante en T, con cuatro pequeñas asas tuneliformes verticales y un pico bajo borde (23,6 cm de apertura); una gran taza de carena baja y dos grandes asas tuneliformes verticales; fragmentos de dos vasos-pedestal cilíndricos, uno con agujeros en la base, decorados con triángulos o rombos cuadriculados y grabados, y un pequeño cuenco subesférico, liso. Dentro del cepellón de la cazuela, cribado con agua, aparecieron semillas carbonizadas de higo (Ficus carica).
En 1981, en el momento del descubrimiento de esta tumba, singular por el ajuar Montboló-Chassey que contenía, no conocíamos muchos contextos arqueológicos paralelos donde coincidieran cerámicas Montboló y Chassey, que nos ilustran la fase más tardía del neolítico medio inicial (4300-3900 aC). Sin embargo, ya la situamos en un momento tardío del Montboló, una fase de transición hacia el Chassey.
Hoy en día, el panorama ha cambiado sustancialmente. En el norte de los Pirineos se han excavado sepulcros en cueva (Montou, Belestar) y necrópolis (Camp del Ginebre) de ese momento; mientras que en el Alt Empordà (hábitat de ca N’Isach, túmulo-II de Vilanera) y el Vallès Occidental (hábitats de Can Roqueta, Vinya del Regalat y els Mallols) se han excavado poblados y tumbas en los que también conviven cerámicas tardías de estilo Montboló y otros de tipo Chassey. La tumba de la balsa de Fonteta se avanzó más de 10 años en el descubrimiento de esta fase tardía del grupo de Montboló, hoy en día bien reconocida.
Josep Tarrús Galter