EL TEMPS DE LA MEMÒRIA

SARCÓFAGO DE LAS ESTACIONES CON CLIPEUS

Encontrado durante las primeras excavaciones oficiales desarrolladas en Empúries en el año 1846 y subvencionadas por la Diputación provincial en un lugar impreciso de la cella memoriae que se alza en el lado oriental del antiguo cementerio tardo-antiguo. Estaba fracturado de manera limpia y se ha podido restaurar sin ausencias. Conserva entera la tapadera.Es de un excelente mármol blanco verosímilmente de Luni.

En el centro de la caja, una imago clipeata dispuesta dentro de una gran concha con representación convencional del fallecido, con himation y portando en sus manos un uolumen enrollado, con una decoración rica y cargada a los dos lados, con ocho personajes de pie, cuatro a cada lado, todos desnudos salvo una especie de manto que llevan puesto encima del hombro, a excepción de la tercera figura de la izquierda de la imagen central, un buen pastor (criophoros) ataviado con túnica corta y sandalias y con el cordero cargado en el hombro, la imagen recurrente de un mundo bucólico y tranquilo que remite a la vida después de la muerte en los Campos Elíseos o la Isla de los Bienaventurados; La de su lado, la cuarta, es la representación convencional del invierno vestido a la manera de Attis, con calzas largas (braccae) y un manto que le cubre la cabeza y parte del pecho. A la derecha de la figura del buen pastor, una representación del otoño, una figura desnuda con un manto delante del pecho y, detrás, un eros cabalgando sobre una pantera. En el extremo derecho del ataúd, nuevamente la representación del genius del otoño con manto delante del pecho, aguantando una liebre con la mano derecha alzada y debajo un perro que pretende cogerla. A su derecha, la imagen del verano con clámide y coronado de espigas y, más allá, el genius de la primavera coronado de flores. Entre el uno y el otro, un árbol florido con un eros entre las ramas. El clipeus en forma de concha es sostenido por dos divinidades, aladas y coronadas, cubiertas con un manto. En la parte superior, dos pequeñas victorias, también aladas, ayudan a sostenerlo. Debajo de la imagen central se desarrolla el mito de Endimión y Selene, el primero estirado y adormilado, con clámide y lanza en la mano izquierda, y la diosa que desciende de una viga que llevan dos nerviosos caballos. El amor desaforado de la dea por el joven pastor llevó al padre de los dioses a concederle la inmortalidad y la eterna juventud a través de un sueño eterno (Somnus aeternus), símbolo apreciado y ampliamente utilizado entre la gente educada de su tiempo, de la inmortalidad del alma. La decoración frontal de la cubierta se encuentra a ambos lados de una cartela cuadrada y lisa, sostenida por dos erotes alados; a la derecha, la vendimia protagonizada por putti desnudo y, a la izquierda, campesinos vestidos con túnica corta cosechando la aceituna y trabajando en la almazara. Es una obra excelente de taller romano que hay que datar de la época tetrárquica, muy a principios del siglo IV.

Es la tumba núm. 410 del cementerio tardo-antiguo de la Neápolis y, si bien es cierto que no sabemos dónde se ubicaba, un análisis detallado del espacio hace posible proponer, con cierta verosimilitud, que debía encontrarse presidiendo la cámara funeraria A, adosada al norte de la cella en la fase más avanzada de su historia, que habría que fechar muy a finales del siglo VI o ya entrado el VII. Huelga decir que se trataría de una sepultura privilegiada. Por tanto, se trataría de una pieza recuperada y aprovechada para sepelir a un personaje carismático del cristianismo emporitano.